Cuento: El Amor de Verano.
El amor de verano
Mis pies se hunden en la arena y la brisa marina me
revuelve los cabellos. Miro hacia el cielo, juego a adivinar la forma de las
nubes hasta que el sol me ciega y me veo obligada a cerrar los ojos, los cuales
se han llenado de chiribitas. Escucho tu voz a lo lejos y la sigo a ciegas,
dando traspiés por la arena húmeda y fría. Me coges de la mano y siento un
escalofrío recorrer cada milímetro de mi cuerpo. Me diriges a toda prisa a un
rincón resguardado de la cala donde nos encontramos. Las rocas erosionadas por
el viento y el mar nos resguardan como una muralla. Rozas mi piel morena con
suavidad y yo me concentro en tus ojos, tan fríos y fuertes, capaces de mirar
hacia cualquier parte, pero, en este momento, solo pueden estar pendientes de
mí. Juegas con mi pelo, formando rizos y creando ondas. Te acercas muy despacio
hasta mi boca y acaricias mis labios con un dulce beso. Nuestras respiraciones
se funden en una sola y el ritmo de nuestros corazones comienza a sonar al
mismo compás. Agarras mi cintura y me abrazas con mucha fuerza. Acaricias mi
espalda y cuentas cada una de mis pecas. Te separas poco a poco de mí, te
agachas y buscas entre la arena una preciosa concha de almeja. Me la entregas y
sales huyendo atemorizado. Vuelvo a mirar hacia el horizonte y todo se vuelve
oscuro. Se me hiela la piel y tengo que abrazarme para calentarme. Salgo de lo
que yo consideraba nuestro escondite. La soledad me inunda al darme cuenta de
que no hay nadie. Busco mi mochila, pero no la encuentro. Te busco a ti, y tampoco
te encuentro. Has desaparecido con el invierno.
Comentarios
Publicar un comentario