Cuento: El Festival.
El festival
Agosto
del 69. Mi nacimiento fue inesperado, prematuro, inmaduro. Mamá había escondido
su barriga de embarazada durante los dos primeros trimestres para que nadie le
impidiera asistir al festival. Yo no iba a nacer hasta septiembre, pero decidí
adelantarme para hacer historia.
El
rock, el folk, el blues, el jazz y la psicodelia se fusionaron aquel día con
los berridos de mi madre y el llanto de mi minúscula garganta. ¡Qué pena que no
estuviera grabando nadie nuestra canción!
Bebíamos
de un lago blanco que con el tiempo se convirtió en un pantano destartalo y
contaminado. Mamá era una joven rebelde, alineada en la contracultura y amante
del amor libre y de las drogas alucinógenas que viajó en furgoneta junto a sus
amigos a aquella granja de más de doscientas hectáreas.
Medio
millón de personas y una más (yo) asistieron al festival. Más de treinta
actuaciones tuvieron lugar durante los cuatro días que duró. La paz y el amor y
la música reinaban y templaban el ambiente.
Me
dio pena perderme aquel atasco de tráfico masivo que se creó debido a la afluencia
de asistentes al festival. Muchos se
desanimaron al escuchar hablar de la cola de vehículos en la radio o la
televisión, pero los valientes (como mi madre) llegaron a su destino corriendo,
yendo campo a través o sorteando los obstáculos al tiempo que cantaban, bailaban
y reían.
Llovió.
Llovía mucho cuando nací. Mamá se caló hasta los huesos y mi cerebro sin
terminar de desarrollar confundía mis lágrimas con las gotas de lluvia que
caían del cielo e inundaban el festival y a sus asistentes y a mamá y a mí.
Todo estaba embarrado, campos y caminos, nadie podía entrar ni salir del
festival (ni siquiera mamá para ir al hospital). Y las instalaciones no estaban
equipadas con medios de saneamientos o primeros auxilios (y mucho menos de
expertos en partos primerizos y prematuros).
Pero
nací, sana y salva en el festival, aunque con síndrome de abstinencia y un peso
por dejado de lo normal. Mamá luchó por mi bienestar en cuanto fue consciente
de que yo había salido de su cuerpo. Luchó contra el mal tiempo, luchó por alimentarme
y luchó por salir del festival antes de que las condiciones y el ambiente me
provocaran la muerte.
Mi nacimiento y supervivencia en el festival supuso un antes y un después en el mundo. Mamá y yo hicimos historia. Le demostramos al mundo que la unión hacía la fuerza, que la paz era el motor de la vida y que un futuro mejor y más brillante era posible.
!Jejeyy, por fin subes algo!
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