Cuento: La Luna de Miel.

La luna de miel


Falté a nuestra luna de miel de consumación eterna y romanticismo barato, de baños desnudos y masajes inexpertos, de platos caros y copas llenas y velas aromáticas. Falté a esa noche falsa, a esa tarde eterna y a esa excursión programada. 

Falté por no poder pronunciar tu nombre, por un corazón roto y por una caída de telenovela por las escaleras. 

Falté bajo tus sábanas perfectamente limpias, blancas y lisas de hotel. Falté a tu viaje de dos, a tu despertar malhumorado, a los remoloneos tradicionales, a tus caricias tímidas y allá donde soñamos que íbamos a volar. Falté a tus madrugadas, a tus clases de baile de salón y a tus paseos por esa ciudad que reservaste para mí. 

Falté el día en el que me explicaste tus señales, en el que destruiste a tus posibles rivales, en el que le dijiste adiós a tus abrazos pasados y en el que trazaste un camino para nosotros. 

Y falté a tus disparos, a tus puñales, a tus negativas y al final que habías planeado para mí.

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