Cuento: La Botella.

La botella


Me bebo una botella de alcohol del caro, porque me sabe mejor el güisqui solo que mal acompañado. Brindo yo sola por el amor y la amistad, y doy un trago largo. Ella está lejos, muy lejos, y cuando más lejos mejor, porque, cuanto más cerca, cuánto más se acerca, menos protección tengo.



Jodió mi vida dejándome un vacío y un corazón repleto de huecos. Cortó mis alas y destruyó aquella parte de mí que solía latir por ella. Dejó caer sus demonios sobre mi cabeza y ahora no me dejan de gritar. Me hizo lo que yo nunca le hubiera hecho. Me hizo llover y provocó una sequía.

Ya no puedo confiar en nadie, porque mi pecho es una jaula vacía que anhela lo que un día estaba en su interior. Se fue y no volvió. Se largó de aquí y ahora no tengo a nadie que me quiera. Solo me sentí libre entre sus brazos. Solo podía follar con ella, drogarme con ella. Ella era mi droga y yo su yonqui.

Me apuñaló gratuitamente. Prefirió el oro antes que calmar mi pena. Ahora soy una loba aullando a la luna llena. Estoy sola, encerrada tras unos barrotes y en silencio atada por unas cadenas que me aprietan. Me como las uñas y ladro cuando escucho el timbre o a alguien tocar mi puerta.

Sus mentiras han acabado siendo mías y espero que mis penas acaben siendo suyas. No quiero verla, no quiero mirarla a la cara. Quiero que me folle despacio y que haga que el tiempo se detenga en este infierno. Quiero que bailemos y que seamos felices para siempre juntos.

Comentarios

Entradas populares