Cuento: El Infierno.
El infierno
Cuando pienses en el Infierno, piensa que no eres el único que ha pensado en él. Muchos antes de ti pensaron, intentaron y viajaron hasta allí. Lo único en lo que piensas es en el Infierno, en lo solo que te sientes y en lo mucho que piensas en estar allí con todos los que algún día decidieron ir. Puede que se trate de una locura de las tuyas o puede que no seas quién para pensar en él o puede que el Infierno no esté hecho para ti. No pienses en el Infierno obsesivamente, te engullirá como una fiera hacia la oscuridad. Enorgullecerte de ser uno de tantos que piensa en intentar viajar al Infierno es la manera en la que silencias tus pensamientos más locos y oscuros, aquellos que realmente te están haciendo vivir en un verdadero Infierno, la verdad. No te sientas culpable por pensar en él, por desear acallar esas voces que perturban tu mente; es normal. Si tomas esa decisión, puede que sea demasiado tarde, aunque dejarás de pensar en el Infierno, eso sí. Sé que no paras de darle vueltas a la cabeza, que te hieres para olvidar las heridas, pero en el Infierno arderás con esos muchos que antes de ti viajaron allí. Ya no sé qué más decirte, porque cada vez que te pido que no te lances al vacío, más te hago pensar en el Infierno; ese es el mayor de mis problemas ahora mismo contigo.
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